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María Laura de Bélgica se presenta con vestido removible y accesorios de sus abuelas


Hoy es un día señalado en el calendario para la familia real belga, puesto que María Laura, hija de la princesa Astrid de Bélgica y el Archiduque Lorenzo de Austria-Este, se ha casado con su pareja, William Isvy. Tras celebrar un discreto enlace civil, en el que la novia ha lucido un minivestido acampanado al más puro estilo años 60, la pareja se ha dado el ‘sí, quiero’ en la catedral de Santa Gúdula rodeada de sus familiares y amigos. Con este segundo look nupcial, confirmado por Vivienne Westwoodha derrochado elegancia clásica y ha rendido un homenaje a su familia.

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Un vestido que no pasa de moda

La sobrina de los reyes Felipe y Matilde ha buscado, como muchas novias pertenecientes a linajes monárquicos, un look nupcial sobrio y clasico pero con toques especiales. Ha lucido un favorecedor vestido sin mangas, de escote drapeado, corte a la cintura y falda en línea ‘A’ que contaba, sin embargo, con un espectacular sobre falda desmontable que se ataba a la cintura y hacía las veces de cola. Más que cola, ha llevado una supercolael cual ha necesitado ayuda de hasta cinco personas para someterse a las escaleras hacia la catedral y colocarse en el autel.

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sombreros sentimentales

Gran parte del protagonismo se lo ha llevado, como era de esperar, las alegrías con las que la novia ha rematado su estilismo. En lugar de recurrir al joyero real belga, ha querido rendir homenaje a la familia de su padre. De esta forma, María Laura ha coronado su tradicional moño bajo con una preciosa diadema floral de brillantes que perteneció a la abuela la archiduquesa Margarita de Saboya-AostaQuien, lamentablemente fallecía este mismo año, por lo que se trata de una forma de tenerla con ella en uno de los días más especiales de su vida.

Sin embargo, este no ha sido el único gesto de cariño de la novia hacia su familia, puesto que también ha querido incluir en su estilismo un accesorio de su abuela paterna. En lugar de un velo de tul, ha llevado una deliciosa mantilla de encaje y plumetila opción preferida de las novias más clásicas, pero en su caso, además, cargado de significado, puesto que se trata de la misma que lució la ahora reina emérita paola en su boda con Alberto II.

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Para completar, ha escogido unos colgantes de diamantes colgantes, piezas terminadas en la parte posterior filas brillantes en forma de lágrima que iluminan sobre el rostro. En cualquier maquillaje, ha abogado por la absoluta naturalidad con un look efecto ‘cara lavada’ que realzaba sutilmente su mirada con una sombra grisácea y aportaba jugosidad a los labios con una barra satinada en tono rosa.



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