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¡Ojo con el estrés! Podría causar daño en la vista durante el embarazo



El aumento de la miopía Are quizás uno de los problemas que las mujeres embarazadas se encuentran colgantes los nueve meses que una gestación dura. Incluso, para muchas, ha podido ser la causa por la que se han retrasado decisiones con respecto a su tratamiento. Sí, según los expertos, tanto el embarazo como el parto o la lactancia no agravan per sé la miopía en todas aquellas mujeres que la sufren, pero si hay cambios fisiológicos en momentos que pueden producir un trastorno temporal de la visión. En este caso de mujeres con miopía, por ejemplo, hay que proceder a una revisión, pero hay otras muchas condiciones de riesgo que pueden poner la salud visual en jack. Por tanto, preocúpate de tu miopía, pero también del estrés o si se le diagnostica diabetes gestacional.

El estrés, el enemigo público número uno

El ojo, como otras muchas estructuras de nuestro cuerpo, reacciona frente al estrés físico y frente al psicológico. Si tenemos en cuenta que el embarazo es, sin duda, uno de los pasos con mas cambios para una mujercon lo que se supone, podemos confirmar que el estrés es detonante de un Empeoramiento de la agudeza visuaYO. Porque, lo que ocurre, es un empeoramiento, no una perdida de vision, siendo de naturaleza transicional.

Por ello, muchas madres futuras pueden notar que ven peor, no sólo Durante los nueve meses del embarazo, sino también en los primeros meses después del nacimiento del bebé, puesto que la lactancia es una etapa de gran esfuerzo. La maternidad cansa, es estresante, por lo que la visión tiene complicado mjorar en este caso. De todas las formas, son numerosos los estudios que han demostrado que, al término de la gestación o de la lactancia, en muy pocas ocasiones la miopía u otros defectos de la visión no se recuperan.

El tercer trimestre compromete la córnea

Durante los últimos tres meses del embarazo, además de encontrarnos más pesadas por la retención de líquidos, nuestra visión también puede verterse resentida. Los estrógenos, culpables de esta retención, también pueden llegar a causar un espesamiento de la córnea, dificulta la capacidad de enfoque de los detalles. De nuevo, un trastorno temporal que mejora tras el parto.

Presión arterial y diabetes gestacional

En el caso de detectar una tensión arterial alta durante el embarazo o la aparición de una Diabetes gestacional, se debe acudir a un especialista qu’valore y examine el fondo de nuestro ojo. Pueden aparecer mangas en los márgenes del campo visual, dolores de cabeza o lo que conocemos como visión confusa son, por una parte, consecuencia del estado de gestación y, por otro, síntomas que nos alertan de que algo no va bien. Por ello, es fundamental comunicárselo a nuestro médico.

Aunque la prioridad es controlar tanto la presión sanguínea como la posible diabetes gestacional, un análisis profundo del ojo nos ayudará a valorar los posibles daños:

  • En el caso de la hipertensión, en los vasos sanguíneos de la retina.
  • En el caso de la diabetes, la posibilidad de provocar daños en el microcírculo del ojo.

Otros trastornos oculares asociados al parto

Por último, en el momento del parto sí que existen riesgos asociados para aquellas mujeres que han sido diagnosticadas de miopía (media y grave) o que sufren problemas en la retina. En ambos casos, se deben realizar un control ante de la concepción por si fuera necesaria una intervención preventiva. Pero, ¿por qué pueden tener problemas a la hora de dar a luz?

Aunque no es cierto que un parto vaginal, como se cree erróneamente, pueda suponer un obstáculo para las mujeres miopes, sí que es verdad que el esfuerzo físico que conlleva aumenta la presión en los vasos sanguíneos, sobre todo, en la fase del expulsivo, y puede provocar alguna pequeña hemorragia transicional. En el caso de las mujeres que asocian alguna lesión en la retina, el riesgo de desprendimiento aumenta y puede producir pequeñas lesiones y degeneraciones periféricas.



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